Se realiza trabajando el metal con estiletes y esfominos de diferentes tamaños y formas desde el envés de la pieza, dispuesta sobre una superficie blanda o dura que permita la progresiva deformación de la superficie trabajada, para alcanzar plasmar el dibujo que queremos realizar. De esta forma, se trabaja en "negativo", hundiendo más aquellas zonas que deben obtener por el lado contrario mayor relieve, se trabaja el metal por la cara anterior y posterior.
Los detalles finales del dibujo se obtienen trabajando la parte de detrás de la pieza con esfominos, resaltando las partes que estén mas cercanas a nosotros y las que queramos realzar. Por delante perfilamos el dibujo con buriles más finos para obtener una mayor definición.
El siguiente paso, consiste en reforzar la pieza para evitar que el dibujo conseguido pueda deformarse con su uso posterior. Dependiendo de la naturaleza del material trabajado, esto puede obtenerse endureciendo la pieza o rellenando el hueco posterior con un material maleable como resanador de madera mezclado con goma o alguna material moldeable como cera o yeso, que al secar sea lo suficientemente dura para no permitir la deformación del dibujo o del metal.
El paso final sería, si es en aluminio, mediantes una pátina negra, apaciguar el metal y hacer que realcen las partes mas destacadas y luego fijaremos esa pátina. Si es en estaño, mediante ácido, puliremos el metal, hasta lograr alcanzar el brillo deseado.